La llegada del calor y las altas temperaturas nos traen las vacaciones, el ocio y un montón de frutas deliciosas y ricas en agua que pueden ayudarnos a mantener una dieta equilibrada, saciarnos, refrescarnos y aprovecharnos, además, de sus excelentes propiedades. Os hacemos un repaso de las principales virtudes de las frutas que mejor se adaptan a las dietas de adelgazamiento. Además, como es tu temporada natural, nos ayudan a controlar el presupuesto en un mes de dispendios, ¡Que aproveche!
Sandía: Su alto contenido en agua nos da un aporte extra de hidratación, aunque hay personas que no deben consumirla después de las comidas porque, precisamente este agua diluye los jugos gástricos y retrasa la digestión, por lo que puede resultar indigesta. Es baja en calorías y, además, un potente diurético. Si se ha cometido un día de excesos, conviene consumirla en abundancia para eliminar las sustancias de deshecho por la orina. Como es muy hipocalórica, se puede consumir una ración doble respecto a otras frutas. Además,las variedades de sandía de pulpas rosadas y rojas tienen contenidos moderados de licopeno, con interesantes propiedades antioxidantes y que reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer en general, además de ser un aliado contra el colesterol.
Melón: El 80 por ciento de su composición es agua, así que es una fruta perfecta para las personas a dieta. Su contenido en fibra lo convierte en un aliado para ayudarnos a mejorar el tránsito intestinal. Además, es una de las frutas frescas más ricas en sodio (10 miligramos/100 gramos de producto, frente a los 4 miligramos/ 100 gramos de media del resto del mismo tipo). Asi mismo es muy rico en potasio, y, por lo tanto, muy beneficiosa para quienes sufren de hipertensión arterial o afecciones de vasos sanguíneos y corazón y retención de líquidos. Esta fruta también es rica en ácido fólico, cuyo consumo de ha visto que previene el desarrollo de depresión. Su contenido en agua lo hace muy diurético, y puede ayudar a las personas con problemas reumáticos.
Albaricoque: Su bajo aporte calórico y su contenido en fibra lo lo convierten en una fruta ideal para todos, y también para aquellos preocupados en el control de su peso. Es una fruta rica en beta-caroteno, y eso lo convierte en un aliado contra las enfermedades cardiovasculares, degenerativas y del cáncer. Conviene consumirlos maduros, ya que esto los hace más ricos en taninos, lo que contribuye a secar y desinflamar la mucosa intestinal. Esta propiedad los hace especialmente beneficiosos para los pacientes con el estómago delicado y digestiones pesadas.
Melocotón: Su dulce sabor no debe llamarnos a engaño, porque pese a ello es un manjar bajo en calorías e hidratos de carbono, por lo que debemos introducirlo en nuestra dieta estival. Su coloración amarilla y anaranjada nos indica que contiene beta-caroteno, es decir provitamina A, de acción antioxidante, que contribuye a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, degenerativas y de cáncer. Los melocotones tienen mucha fibra, por lo que sirven para acudir al baño con regularidad.
Nectarina: Esta refrescante fruta es un tipo de melocotón con más contenido en vitamina A, por lo que previene los problemas de visión, mejora la salud de los huesos y fortalece el sistema inmunológico de aquellos que lo consumo. Está compuesto fundamentalmente por agua, así que nos puede ayudar en nuestras dietas de adelgazamiento. También tiene fibra (perfecta para ir al baño) y vitamina C, que ayuda a absorber el hierro y previene el envejecimiento al favorecer la producción de colágeno. A diferencia de su “hermano” el melocotón, la ausencia de pelusilla permite que las personas alérgicas a la piel del melocotón puedan consumirlo y disfrutar de su refrescante sabor.
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