Los pacientes que optan por una intervención de tratamiento endoscópico bariatrico sin cirugía (ya sea mediante balón gástrico o intragástrico, balón ingerible, método POSE…) no solo pretenden bajar de peso y volumen sino que, obviamente, también esperan un cambio en su calidad de vida. Un cambio que afecte a lo físico, sí, pero también a lo psicológico.

 

El balón intragástrico, el doble balón, el balón gástrico ingerible, el método POSE, la manga POSE, o cualquier otra cirugía de la obesidad comportan, como es de suponer, unos cambios internos, a nivel físico y a nivel psíquico. Cada caso tiene sus particularidades (que dependen de muchos factores: peso inicial, sexo, edad, perfil alimentario, expectativas, insatisfacción previa, limitaciones…) pero a continuación expondremos los cambios más comunes en nuestros pacientes intervenidos de cirugía de la obesidad:
Disminución o desaparición de la obsesión y compulsión por los alimentos:

Disminuye o desaparece el ansia por comer, la atracción impulsiva e irrefrenable por la comida. El paciente intervenido de cirugía bariátrica se libera del impulso de un modo u otro: no picando entre horas, sintiéndose satisfecho con pequeñas cantidades de alimentos durante las comidas, no obsesionándose con la comida…

 

– Pérdida de la frustración y sensación de eficacia:

La frustración en el paciente desaparece porque observa en su propio cuerpo y mente los cambios que esperaba. Comprueba que la pérdida de peso es eficaz, controlada y saludable.

 

Mayor autoestima y aceptación personal: 

Empezar a aceptar el propio cuerpo y sentir y comprobar que se gana movilidad y autonomía ayudan a que el paciente se sienta más seguro consigo mismo. Desaparece pues el sentimiento de inferioridad por el aspecto físico, por las limitaciones de nuestro cuerpo o por la falta de control en la ingesta de comida.

 

– Mayor vitalidad y motivación:

El paciente, al perder peso, se siente con ganas de hacer más cosas, de recuperar el tiempo perdido… Todo aquello que antes era pesado de hacer ahora se realiza sin problemas, con ánimos renovados, con energía y vitalidad. El paciente, tras la intervención, recupera la motivación perdida.

 

– Mejora en las relaciones personales y la vida social: 

Después de la cirugía bariátrica muchos pacientes, que ya han recuperado la vitalidad, que ya aceptan su imagen, ilusionados con la vida, recuperan la vida social y las actividades sociales. El sentirnos bien con nosotros mismos hace que nos abramos más a los demás y que se recupere o cree una nueva red de amistades y relaciones interpersonales.

 

Autonomía personal:

En algunos tipos de obesidad, los más graves, los pacientes tienen problemas básicos de movilidad: sentarse en asientos de lugares públicos (cine, metro, cafetería…), montar en coche, subir escaleras, atarse los cordones… Tras la intervención de cirugía de la obesidad, el paciente podrá hacer cosas que antes no podía, volverá a tener una vida autónoma y no dependerá de los demás.

 

Así pues, vemos que las ventajas no son solo a nivel físico sino que el hecho de ser intervenido de cirugía bariátrica también comporta un aumento y mejora de la calidad de vida, de las relaciones sociales e interpersonales, de la autonomía, la vitalidad, la autoestima…