La técnica del balón intragástrico (BIG), un dispositivo que se introduce en el estómago sin cirugía y sin anestesia general en tratamiento ambulatorio, se consolida como la mejor opción para la pérdida de peso entre los niños y adultos con obesidad, sobrepeso o entre los que padecen obesidad mórbida. Su probada eficacia se demuestra en que los resultados de pérdida de peso en pacientes tratados con BIG pueden llegar a ser hasta un 60% mejores que los sometidos a dieta.
Además de la pérdida inicial de peso, el mantenimiento de la misma a medio y largo plazo es superior con el BIG.
Doctor Gontrand López-Nava, del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro.
Los estudios realizados evidencian, además, que el tratamiento con el BIG resulta especialmente eficaz en casos de personas con comorbilidades médicas -como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y dolor de piernas, entre otras- y como tratamiento previo en casos de obesidad mórbida.
El tratamiento con balón intragástrico, que se mantiene en el organismo seis o siete meses hasta su extracción endoscópica, se vislumbra ya como una ‘herramienta’ esencial para hacer frente a la obesidad, la «epidemia del siglo XXI», en palabras de López-Nava. En España, dijo el especialista, uno de cada dos adultos padece sobrepeso u obesidad.
Estudios internacionales confirman la eficacia del balón gástrico
De la eficacia del BIG ya dan cuenta diversos estudios internacionales, como el presentado en la comparecencia informativa por Alfredo Genco, profesor del departamento de Cirugía de la Universidad La Sapienza, de Roma (Italia).
Según este informe, el uso del ‘balón’ entre personas con sobrepeso (índice de masa corporal-IMC entre 25 y 30, alrededor de diez kilos más) consigue reducir en un 62% el exceso de peso de estos pacientes. Entre las personas con obesidad de grado 1 (IMC 30-35), la reducción es del 39,4%, y entre las de obesidad de grado 2 (IMC 35-40 u obesidad grave), se eleva al 32,7%. Entre los obesos mórbidos (IMC 40-50 ó mayor de 50), la pérdida del exceso de peso fluctúa entre el 26% y el 21,7%. Como se observa, las pérdidas de peso son más significativas en pacientes con un sobrepeso menor.
El estudio muestra que en un tratamiento de pérdida de peso en el que se utiliza el BIG con la dieta, se consigue a los seis meses que se reduzca su exceso de peso en un 67%. Si se utiliza sólo la dieta, este porcentaje alcanza sólo el 20%. En conclusión, los pacientes obtienen un mayor beneficio si a la dieta se le suma la herramienta médica del ‘balón’, ya que consiguen perder un 47% de su exceso de peso.
A los cinco años, las diferencias decrecen, si bien continúan siendo más favorables para el BIG. Así, en un quinquenio la tasa de éxito del ‘balón’ es del 29% respecto al 11% de los que solo siguen una dieta alimenticia.
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