Un sueño reparador es fundamental para tener sanas nuestras funciones psicológicas y físicas. Tanto es así que el sueño, además de hacernos sentir mejor, tiene la capacidad de regular el crecimiento, ayuda a la regeneración celular y mejora la consolidación de nuestro aprendizaje.

La media normal de un sueño reparador para un adulto suele ser de unas 8 horas al día, aunque todo depende de las necesidades de cada individuo.  Independientemente de lo que necesite cada persona, lo cierto es que los numerosos estudios revelan que la falta de sueño afecta al apetito, al hambre y al gasto energético. De esta forma cuando una persona no duerme bien suele aumentar de peso, puede ver descompensada su metabolización de la glucosa y finalmente su gasto energético disminuye.

Además de todos los efectos negativos descritos, la falta de descanso desequilibra los niveles de glucosa y por tanto hay más riesgo de padecer diabetes tipo 2. Según los resultados de los estudios del sueño, una limitación del sueño a menos de 6 horas podría reducir la tolerancia de la glucosa en un cuarenta por ciento.

No sólo es importante para las personas dormir, también es importante hacerlo bien. Muchos son los pacientes que, como consecuencia del sobrepeso, ven mermada la calidad de su descanso. Una de las consecuencias del exceso de peso es la apnea del sueño, que aparece en el 24 por ciento de los hombres y en el nueve por ciento de las mujeres lo padecen.

Esta patología consiste en la interrupción del sueño por la falta de respiración y uno de sus factores de riesgo más destacados es la obesidad. Cuanto más peso posea el individuo más posibilidades tendrá de padecer apnea.

De la misma forma, la falta de sueño del paciente con apnea provocará un mal descanso y llevará a la persona a tener más apetito. Esto provoca que el individuo se vea envuelto en una espiral de cansancio y aumento de peso.

Esta demostrado que los pacientes que pierden peso experimentan una mejoría en los episodios de apnea y mejoran su descanso. Desde obesidad López-Nava animamos a los pacientes a llevar un control del peso, con hábitos de vida saludables. Finalmente aconsejamos que sean conscientes de la importancia de un buen descanso y que consulten a su especialista cuando no logren un sueño reparador. Una mala noche la tiene cualquiera pero muchas…son sinónimo de aumento de peso, tristeza, bajada de defensas y un sinfín de problemas.