La medicina ofrece hoy más opciones que nunca para tratar la obesidad sin recurrir a la cirugía. Entre ellas, dos técnicas destacan por su seguridad, su carácter mínimamente invasivo y su eficacia: el balón gástrico y la endomanga gástrica (también conocida como gastroplastia endoscópica o sleeve endoscópico). En este artículo queremos hablarte de estas dos técnicas y cuál elegir, balón gástrico o endomanga gástrica.

Ambas comparten una filosofía común (ayudar al paciente a perder peso desde dentro, sin incisiones ni cicatrices), pero difieren en su mecanismo, duración y objetivos. Entonces, ¿cuál elegir? La respuesta, como en casi todo en medicina, depende del paciente.

Dos caminos endoscópicos hacia el mismo objetivo: la pérdida de peso

El balón gástrico fue la primera gran revolución en el tratamiento endoscópico de la obesidad. Se coloca por vía oral y se mantiene en el estómago durante unos meses, ocupando parte de su volumen. Esa presencia física retrasa la sensación de hambre y reduce la cantidad de alimento necesaria para sentirse sin hambre. Es un procedimiento sencillo, reversible y con un tiempo de adaptación rápido, ideal para pacientes que buscan una ayuda temporal o un primer paso hacia un cambio de hábitos.

Por otro lado, la endomanga gástrica es una técnica más avanzada. También se realiza por vía oral, pero en lugar de introducir un cuerpo extraño, se remodela el propio estómago mediante suturas internas. El resultado es un órgano más estrecho y con menor capacidad, que conserva su función digestiva natural, pero responde de manera diferente a los estímulos del hambre. Es, en cierto modo, una versión endoscópica de la cirugía bariátrica tradicional, pero sin cortes ni cicatrices.

Una elección personalizada según las necesidades del paciente

No existe una técnica mejor en términos absolutos; existe la técnica más adecuada para cada paciente. La decisión se toma siempre tras una evaluación completa del peso, el historial médico, los hábitos alimentarios y los objetivos personales.

En nuestra Unidad, lo primero que analizamos no es el peso, sino la historia del peso: cuántas veces ha intentado el paciente adelgazar, qué métodos ha utilizado, cómo responde su cuerpo y, sobre todo, cómo gestiona la relación con la comida.

En personas que buscan una ayuda inicial, una motivación para romper el círculo del sobrepeso o preparar el terreno para cambios más profundos, el balón gástrico puede ser una excelente herramienta. Ayuda a ganar control, a recuperar la sensación de saciedad y a establecer nuevos patrones alimentarios.

En cambio, en quienes necesitan un resultado más duradero o ya han probado otros métodos sin éxito, la endomanga gástrica suele ser la opción más indicada. Ofrece un cambio anatómico más sostenido y se integra en un plan de tratamiento a medio y largo plazo.

Más allá de la técnica: el acompañamiento del equipo médico

Una idea central, presente en todos nuestros tratamientos, es que la técnica no cura por sí sola la obesidad. Ni el balón ni la endomanga son “soluciones mágicas”, sino herramientas médicas dentro de un proceso estructurado. El éxito real depende de la coordinación entre el equipo y el paciente: nutrición, psicología y seguimiento médico continuo.

Tras cualquiera de las dos técnicas, el acompañamiento es fundamental. Durante las primeras semanas, el paciente aprende a alimentarse de forma diferente y a identificar señales de saciedad. Los nutricionistas enseñan qué comer y cómo hacerlo, mientras los psicólogos ayudan a gestionar la ansiedad o el impulso de comer en respuesta al estrés o las emociones. El objetivo no es solo perder peso, sino adquirir una nueva relación con la comida y con uno mismo.

Balón gástrico o endomanga gástrica: ventajas comunes, enfoques distintos

Tanto el balón como la endomanga tienen un punto en común: actúan sobre el estómago sin necesidad de cirugía. Esto significa que se realizan a través de la boca, sin incisiones, con un perfil de recuperación rápido y bajo riesgo. Sin embargo, su enfoque difiere:

  • El balón gástrico es una medida temporal. Se retira tras unos meses, cuando el paciente ya ha aprendido a mantener su peso sin la ayuda física del dispositivo.
  • La endomanga gástrica modifica el estómago de forma más duradera, con resultados que se mantienen en el tiempo si se acompaña de un estilo de vida saludable.

Ambas pueden combinarse con otros tratamientos (como programas de ejercicio y reeducación nutricional) dentro de un plan global de control del peso.

Evidencia clínica y evolución médica

Los estudios publicados por nuestro equipo en revistas internacionales han demostrado que la endoscopia bariátrica no solo permite una pérdida de peso significativa, sino que mejora parámetros metabólicos y hormonales relacionados con el hambre y la saciedad.

A lo largo de los años, hemos participado en la comparación directa entre técnicas endoscópicas y quirúrgicas, observando cómo la endoscopia logra resultados duraderos con un perfil de seguridad muy favorable. Estos hallazgos han sido la base para que la endoscopia bariátrica se consolide como una especialidad reconocida y en expansión en todo el mundo.

El balón gástrico, por su parte, también cuenta con una larga trayectoria científica y clínica. Su evolución tecnológica ha permitido el desarrollo de balones ajustables y autodeglutibles, que facilitan la experiencia del paciente y amplían las posibilidades de personalización. Hoy, ambos procedimientos conviven y se complementan, formando parte del arsenal médico moderno frente a la obesidad.

Elegir entre balón o endomanga no es una cuestión de “cuánto peso quiero perder”, sino de qué proceso necesito para lograrlo y mantenerlo. En muchos casos, el balón puede ser el inicio de un camino, y la endomanga, la consolidación de ese cambio. Lo importante es que el paciente no esté solo: que cuente con un equipo que lo acompañe, lo escuche y lo guíe.

Porque, al final, el éxito no reside en la técnica, sino en el compromiso compartido entre la ciencia médica y la voluntad del paciente de cambiar su vida. Y esa, sin duda, es la parte más satisfactoria de nuestro trabajo.

Si quieres perder peso y necesitas ayuda, reserva ya tu cita gratuita con el equipo del Dr. López-Nava y te ayudamos a mejorar a tu calidad de vida.