La mejor opción la configura la combinación del uso del balón intragástrico y una dieta a medida, un método que permite adelgazar de forma rápida pero segura.
Como hemos explicado en casos anteriores, la obesidad mórbida representa una enfermedad crónica devastadora, que conlleva tanto problemas de salud como socioeconómicos (discriminación, falta de oferta laboral, etc.).
Siempre es difícil una pérdida significativa de peso, pero adelgazar con el balón intragástrico es mucho más seguro y efectivo que con otros métodos como una dieta de adelgazamiento, practicando deporte, tomando fármacos, etc.
Sin embargo, no debemos oscilar entre el binomio “dieta vs. Balón intragástrico”; no existe en realidad esa confrontación sino que se trata de elementos complementarios que se retroalimentan y benefician mutuamente.
Cualquier programa dietético que incluya el tratamiento con el balón intragástrico recomendará introducir cambios en el modelo de vida, en la actitud, en la dieta, etc. Estas modificaciones gastronómicas por sí solas no provocan una pérdida de peso significativa.
El balón intragástrico consigue modificar el comportamiento alimenticio de los pacientes a largo plazo al reducir la necesidad de ingesta de alimentos.
Por sus efectos duraderos y persistentes en el paciente, la mayoría de los especialistas recomiendan el balón intragástrico en casos de verdadera obesidad.
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