Durante las vacaciones veraniegas solemos relajar nuestros buenos hábitos adquiridos durante el resto del año: picamos entre horas, ingerimos alimentos poco recomendados y descuidamos la actividad física. De este modo, echamos a perder gran parte del esfuerzo realizado para conseguir nuestro objetivo: adelgazar y mantener el peso. Si habéis seguido los consejos que os ofrecimos antes del verano no os costará volver a la rutina tras las vacaciones; en cambio, si no los habéis seguido, la vuelta a la normalidad puede ser un poco más costosa. Para aquellos que habéis relajado vuestro plan de adelgazamiento este verano, os ofrecemos unos consejos para facilitar el retorno a la rutina habitual.
1- Consume agua e infusiones.
Hay que abandonar las cañas y bebidas azucaradas o alcohólicas de las terrazas veraniegas y cambiarlas por agua o infusiones. El consumo de agua regula el organismo y no añade calorías extra a tu dieta. Se recomienda un consumo diario de 2 litros o 2 litros y medio.
2- Evita picar entre horas.
Ahora que hemos vuelto a la rutina nos será más fácil evitar picar entre horas. Es necesario abandonar la tapa de media tarde, el helado de la noche y todos esos alimentos, habitualmente hipercalóricos, consumidos fuera de horas.
3- Realiza cinco comidas al día.
Es importante estructurar el horario de comidas y seguirlo al pie de la letra. De este modo retardaremos la sensación de hambre y evitaremos la tentación de picar entre horas. Seguir el plan de adelgazamiento no significa pasar hambre, sino aprender a controlar tú mismo tu alimentación y evitar los malos hábitos alimentarios.
4- Restablece la rutina de actividad física.
Es importante retomar los hábitos de actividad física a la vuelta de las vacaciones, tanto de forma programada (nadar, correr, caminar rápido, baile, aerobic, tenis, etc.) como en la realización de las actividades cotidianas (no utilizar el coche o al menos aparcarlo más lejos, subir escaleras en lugar de utilizar el ascensor, etc.)
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