En muchas ocasiones nos planteamos objetivos muy buenos y provechosos cuando nos ponemos a dieta. Deporte, alimentos sanos… Sin embargo, en demasiadas ocasiones no llegamos a concluir estos propósitos porque no llevamos a cabo el primer e indispensable paso para su consecución, que es el prepararnos psicológicamente para cumplir nuestros objetivos. Se trata de tener a mano trucos para controlar tu mente ante las dificultades y cuando tengas ganas de tirar la toalla.
A continuación la psicóloga de Obesidad López-Nava, Marta Trell, nos da unas pautas para que nuestra mente entienda exactamente lo que queremos lograr y para que aprendamos a darle los detalles que necesita para no desviarse y, alcanzar así nuestras metas sin desfallecer en el intento.
- Definir el objetivo de forma clara y detallada: Pensad en lo que queréis lograr en forma positiva, definidlo claramente. Por ejemplo: “ Ir al gimnasio 3 veces a la semana” o “adelgazar 20 kilos”. Estos objetivos están bien planteados. En cambio, “ir al gimnasio” o “comer menos” son muy generales y no hay manera específica de cumplirlos.
- Conducirnos hasta el objetivo: Es importante que habléis de lo que sí que queréis. ¿Cuáles son vuestras motivaciones? ¿Cómo os sentiréis cuando lo consigáis?
- Dar el primer paso: Debéis pensar cuál es el punto de salida real de vuestro objetivo. Reflexionad sobre dónde nos encontramos en este momento y cómo podemos empezar para alcanzar nuestro objetivo.
- Céntrate en las conductas que realmente importan: Si lo que queréis es perder peso, es importante que no dirijáis toda vuestra atención sólo a la báscula. Es preferible que os centréis en las conductas que os permitirán conseguir vuestro objetivo. Por ejemplo pensar en cómo hacer las cinco comidas de forma ordenada, vigilar la velocidad al comer, planificar bien las comidas, beber agua, no picar entre horas, etc. Sobre esto sí que podéis tener un control y el resultado que refleje la báscula depende de vuestro organismo. Dejad que siga su ritmo.
- Cuando estéis a punto de tirar la toalla pensad en lo bien que os sentís cuando cumplís vuestros objetivos: Imaginad que ya llevastéis a cabo vuestro objetivo de ir al gimnasio. Ya habéis pensado en qué horario vais a ir, qué os vais a poner, cuál es vuestro trayecto, cuánto tiempo dura y finalmente termina vuestra rutina y os sentís satisfechos. Observa qué te dicen, y qué os decís a vosotros mismos. Pensadlo cuando os pongáis excusas para no acudir al gimnasio. ¿Cómo os sentís en ese caso? Es ahí cuando debéis pensar lo bien que os hace sentir el acudir a esta cita. Vosotros decidís cómo os sentís con vuestros actos. Si lo hacéis, os sentiréis bien, satisfechos, contentos, más seguros de vosotros mismos. Si por el contrario no lo hacéis seréis presa de vuestra pereza y posiblemente mañana tampoco lo hagáis…
- Pensad si tenéis los recursos para alcanzar vuestros objetivos. Aquí por recursos nos referimos a: organización, paciencia, disciplina, control, flexibilidad, etc. No os pongáis metas muy elevadas que no podáis cumplir.
- El tamaño de vuestros objetivos respecto al tiempo es importante. Si queréis bajar de peso, necesitaréis algún tiempo. Tendréis que dividir vuestra meta o finalidad en pequeños objetivos y llevar una secuencia. No pretendáis bajar 20 kilos en 2 meses. Debéis poner objetivos semanales. Tenemos que asegurar que le asignamos el tiempo adecuado al logro de los objetivos. ¡No somos superhombres ni supermujeres!
- Finalmente pensad cuáles son las ramificaciones si conseguís vuestro objetivo. ¿Cómo os sentís al haber logrado vuestro fin? ¿Cómo reaccionan los que os rodean al lograr vuestros objetivos? Visualizáis y sentid bien esta parte en vosotros. Disfrutad de haber logrado vuestro objetivo fácilmente. De esta manera le mandáis a vuestra mente un mensaje claro y detallado de lo que queréis y os ayudará a realizarlo.
Recordad que vuestras palabras y sensaciones son importantes para que el mensaje llegue con toda claridad y os ayude a lograrlo. Evitad los mensajes negativos y las excusas y centráos en aquellas palabras que os motiven y tranquilicen. Recordad, cuanto más detallado lo tengáis, más fácil será realizarlo. Sólo tenéis que definir vuestros objetivos.
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