salud y obesidad

 

La comida rápida o el sistema de alimentación actual ha incrementado la ingestión de grasas en detrimento de legumbres, cereales y verduras. Tenemos exceso de alcohol. Y por si fuera poco, el sedentarismo se ha instalado en nuestras vidas.

 

La base de que el 53% de la población española tenga sobrepeso está en nuestra forma de vida. Por eso, los especialistas sostienen que el tratamiento de la obesidad debe sustentarse en cuatro pilares: alimentación con menos calorías de las que se gastan y con menos grasa; ejercicio físico; soporte o ayuda psicológica y, en los casos en que este indicado, tratamiento farmacológico.

Ser consciente
Tenemos que asumir la idea de que la obesidad es una enfermedad crónica que no tiene solución pero sí tratamiento.

Las pérdidas moderadas, pero mantenidas a largo plazo, son las que reportan mas beneficio. No se trata de perder kilos, sino masa grasa, con pérdidas pequeñas pero duraderas.

La simple reducción de grasas, aunque se ingieran las mismas calorías, ya proporciona un adelgazamiento lento, pero de manera continuada.

Nuestros hijos comen mal. Beben poca agua y abusan de bebidas azucaradas, golosinas y dulces. Consumen pocas verduras, cereales y frutas; y sin embargo, se abusa de grasas saturadas de origen animal. Además, es preocupante que el 8% de los niños españoles acudan al colegio sin haber desayunado, cuando se ha demostrado que la obesidad es superior en aquellas personas que toman un desayuno escaso o lo omiten. El problema más grave es que, si no lo remediamos, nuestros hijos van a presentar enfermedades de adulto a edades muy tempranas y su riesgo cardiovascular o de diabetes va a ser serio a partir de los 30 años.

Consejos prácticos

Nuestros hábitos alimenticios se adquieren en la infancia, por ello es importante comenzar a transmitir esos hábitos a nuestros hijos desde la edad más temprana.

Comer sano, variado y equilibrado no tiene por qué ser sinónimo de aburrimiento, alimentos sin sabor y poco atractivos.

El Dr. Julio Guerrero-Fernández, del Servicio de Endocrinología Pediátrica del Hospital La Paz, nos da unas pautas muy concretas para cuidarnos:

Para desayunar recomienda leche semidesnatada y cereales o una tostada con aceite de oliva.

A media mañana, para paliar el hambre, una pieza de fruta

En la comida, aconseja legumbres (2-3 veces por semana), pasta (1-2 veces por semana), patatas (1 vez por semana) o arroz (1 vez por semana). Carne de ave (sin piel) o pescado (2-3 veces por semana). Huevo (máximo 2 veces por semana). No rebozados ni fritos. Y de postre una o dos piezas de fruta.

Para merendar, yogur y fruta. O un pequeño bocadillo de carne de ave.

Por último, para terminar el día, recomienda cenar ensalada acompañada de fruta.

Además, debemos restringir alimentos como el chocolate y el cacao, las grasas animales, como mantequilla, quesos, embutidos, fritos, margarina, mayonesa… Y utilizar aceite de oliva en pequeñas cantidades.

Beneficios de perder un 10% de peso

*Se reduce en más de un 20% la mortalidad total (un 30% la relacionada con la diabetes).
*Se reduce en 10 mm la presión sistólica (la alta).
*Se reduce en 20 mm la diastólica (la baja).
*Disminuye a la mitad el nivel de glucosa.
*Se reduce el colesterol total en un 10%;
el “malo” en un 15% y aumenta el bueno en un 8%.
*Los triglicéridos se reducen en un 30%.
Para preparar las comidas se recomienda:
*Usar los métodos que precisen menor cantidad de grasa: hervidos, asados, plancha y parrilla.
*Evitar carnes procesadas con mucha grasa.
*Consumir preferentemente alimentos de origen vegetal. *Evitar alimentos preparados industriales, a no ser que se sepa con seguridad que en su elaboración se emplearon aceites recomendables.

 

La nicotina no es la solución
El fumador, por efecto de la nicotina, suele pesar unos tres kilos menos de los que le corresponderían. Acaba de saberse que la nicotina activa unas determinadas neuronas del hipocampo y ésa es la razón por la que los ratones estimulados con nicotina comen menos. Pero no es un buen sistema para adelgazar ya que los perjuicios de la nicotina son mucho mayores. El fumador engorda cuando deja de fumar no sólo porque no tiene nicotina, sino porque su gasto metabólico es menor (sus pulsaciones bajan de 90 cuando fuma a unas 60 cuando abandona el tabaco). Y, además,
al suprimir el cigarrillo, come más.

Si queréis seguir una dieta, contacta con nosotros.

Noticia extraída de: http://www.diezminutos.es/tendencias/salud/la-epidemia-de-la-obesidad